En mi post anterior ‘Emprender sin límites’, señalaba que el ‘capital semilla’ está dentro de cada uno de nosotros, teniendo eco esta afirmación en algunos de nuestros lectores; por lo que he decidido ampliar un poco más al respecto; no sin antes confesar que siempre me ha llamado la atención como de una simple semilla puede emerger vida, belleza, alimento, prosperidad y sustento, sin duda existen muchas parábolas y analogías que lo refieren.
La madre naturaleza siempre nos ha propiciado elementos para comprender la esencia de la vida, es así como una simple semilla que cae en tierra fértil, traerá el fruto y con este vendrá la cosecha y con ella el alimento, la prosperidad y el continuo de la vida que se renueva por los siglos de los siglos.
Paradójicamente, una semilla debe atravesar por procesos de cambios y transformación, incluso pasar un tiempo en la oscuridad de la tierra, con la humedad necesaria para emerger en busca del sol y el cielo abierto en un renuevo o brote que al completar su proceso en sus tiempos dará flores y frutos.
La primera vez que escuche hablar de emprendimiento fue en la primera década de este siglo, y posterior a ello me alcanzó el término ‘capital semilla’, el cual estaba asociado a un esfuerzo de inversión inicial a todo riesgo, para la puesta en marcha de una idea de negocio; con el tiempo en este mismo ámbito se habla de ‘capital emprendedor’ donde los inversionistas brindan soporte a nuevos negocios con la esperanza no solo de recuperar la inversión, sino de capitalizar utilidades, y en algunos casos de ‘capital abeja’, para referir a inversiones en ideas de negocios lideradas por mujeres mayores de 18 años; si bien no soy especialista en el ámbito del emprendimiento; considero que el género humano tiene muchos talentos para emprender e ingeniar; podría decirse que todo individuo es Emprendedor, Ingeniero y Creativo en la Escuela de la Vida, donde el norte de todos debería orientarse a la Universidad del Éxito.
No obstante, al referirme al emprendimiento y al capital semilla, me estoy orientando al momento actual que demanda un nuevo comienzo que en sí es un emprendimiento, y por ende este debe tener un capital base para su arranque, y usted y yo mi querido lector, hemos acumulado durante algunos años un conjunto de competencias, capacidades y talentos aderezados con teorías, prácticas y aprendizajes, vivencias y experiencias de las cuales ya en las anteriores entradas hemos realizado un balance por cuanto, no estamos iniciando un 2021 en cero, y aun y cuando en tránsito se ha dado en intrapandemia, con lo cual las circunstancias parecen no haber variado mucho; cada uno de nosotros debe sacar lo mejor de su caja de herramientas para afrontar el arranque del 2021 sin perder valor.
En virtud de lo anterior, parece pertinente preguntarnos ¿cómo podemos desafiarnos a sacar lo mejor de cada uno de nosotros para hacer frente a la adversidad y la incertidumbre?; ya que tal y como sucede en el ámbito del emprendimiento estamos afrontando riesgos y pérdidas, los cuales pueden ser soportados desde el valor inicial que yace en cada uno de nosotros, y que a diferencia del ámbito del emprendimiento en los negocios, tiene la ventaja suprema de constituir un valor fundamental que no puede ser llamado a pérdida jamás.
Con base en lo anterior, queremos acompañarte para reconocer y activar el ‘capital semilla’ que hay en ti, considerando la necesaria gestión de los talentos a partir de los siguientes pasos:
Paso 1. Haz un inventario de tus talentos y competencias. Ante todo te invito a invito a considerar cuales son las partes y dimensiones que priman para ti al observarte en función de integrar autoconciencia, autoconocimiento y autoestima; y a partir de allí te invito redactar una lista para observar tus competencias y talentos; puedes emplear las dimensiones del Ser, Saber, Hacer, Convivir; otra opción es considerar las dimensiones del cuerpo integral que atañen a las dimensiones: físicas, mentales, emocionales, energética, espirituales, místicas; por ejemplo. En este sentido, debemos actuar de manera flexible con las formas como queremos mirar o dimensionar nuestra realidad. Dedícate a caracterizar las competencias y talentos que posees de manera consciente y equilibrada, sin permitir que tu ego te juegue una mala pasada.
Paso 2. Reconoce tus oportunidades de mejora. Al tener claridad y discriminar y discriminar nuestros talentos y competencias estamos en capacidad de agradecer posibilidades y limitantes, y hacernos conscientes de que los límites se pueden ampliar o expandir y que somos responsables de nuestro horizonte, por lo cual estamos llamados a detectar de que manera nuestros sistemas de creencias limitantes nos han impulsado a experiencias erróneas y a sentir que somos débiles o incapaces; una vez que podamos reconocer estos aspectos se abre una puerta para atender las posibilidades de mejora en diferentes aspectos de nuestras vidas, lo que permite ajustar y reorientar tu propósito de vida y en consecuencias tus metas y objetivos. En este aspecto, es fundamental que reconozca tu valía, poder y voluntad para sacar la mejor versión de ti.
Paso 3. Revisa la caja de Herramientas de supervivencia, bienestar, felicidad, éxito y prosperidad. Lamentablemente, al nacer no traemos un ‘Manual de Funcionamiento para el Desarrollo Humano’, pese a ser considerados la máquina más perfecta y potente de la humanidad; la buena noticia es que estamos dotados con un sistema integral que nos da luces para afrontar de la mejor manera nuestra realidad. De tal manera, a lo largo de nuestras vidas acumulamos una importante caja de recursos y herramientas para afrontar nuestro tránsito, que posibilita nuestra comprensión, avance y equilibrio para fluir en medio de la vida con plenitud. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cuáles son las claves para alcanzar el éxito, la prosperidad, el amor, el bienestar, la salud, la felicidad, y la prosperidad? ¿Debo abdicar a alguna de estas o puedo tenerlas todas? ¿Quiénes son nuestros aliados? Algunos aspectos fundamentales para comprender las herramientas con las cuales fuimos dotados al nacer están asociados a: cerebro-mente, inteligencias múltiples, corazón, emociones, sistema digestivo, energía, formas de relacionamiento con personas y medioambiente, aceptación, flexibilidad, confianza, seguridad, valor, voluntad y compromiso; a partir de estos podrías develar la comprensión de tu propio funcionamiento, y del funcionamiento de los aspectos externos y medioambientales con el ánimo de comprender a los otros y todas las formas de vida y creación, para con el poder del pensamiento, la palabra y la acción crear e innovar todas las formas de realidad posible y hacerte responsables de estas.
Paso 4. Construir el propio Ikigai para delinear el rumbo o dirección. Se hace complejo avanzar sin la existencia de motivos, inspiración, objetivos y metas; por cuanto hay que delinear la razón y a partir de estas establecer las estrategias necesarias para avanzar paso a paso de manera segura. Para establecer un plan existen múltiples herramientas que facilitarán la construcción de un plan hacia la dirección o rumbo según tu razón o propósito; para ello lo fundamental está en establecer: a) Área de Atención – Acción Prioritaria; b) Objetivo – Meta en correspondencia con cada una de las áreas, c) Estrategias para avanzar desde el punto de inicio hacia el objetivo-meta propuesto de manera autónoma o colaborativa, d) establecer los recursos físicos, materiales, financieros para el desarrollo de las estrategias, e) adquirir el compromiso de los públicos y grupos de opinión, decisión, poder e interés, f) establecer un cronograma de actividades, f) establecer los indicadores que permitan medir el cumplimiento parcial o total de los objetivos y metas establecidos. Hay múltiples herramientas para desarrollar el Ikigai, más lo determinante es que con este puedas brindar cobertura integrada para desarrollarte en aquello que eres bueno y que has elegido hacer porque te gusta y amas hacerlo, propiciar lo que el mundo necesita para su desarrollo y evolución armónica; que permita que seas retribuido y recompensado en atención a tu misión, pasión, vocación y profesión.
Paso 5. Activar hábitos y comportamientos orientados al bienestar, el éxito y la felicicidad. A menudo he seguido de cerca las actuaciones de personas que disfrutan de bienestar, felicidad y éxito, para analizar los hábitos y comportamientos que les acompañan, en el ánimo de activar algunos de sus hábitos para orientar una vida plena, en virtud de lo cual tengo mi propia lista de hábitos saludables, en adecuación con mi orientación estratégica; entre los cuales destacan:
- Levantarme temprano.
- Conexión con la Divinidad
- Organizar mi espacio de trabajo
- Lectura y escucha diaria de Materiales y Afirmaciones positivas
- Meditaciones
- Visualizaciones Creativas
- Ejercicios de Respiración y Relajación
- Uso de colores para organizar y clasificar mis actividades, dinámicas y contenidos.
- Audios y Conferencias en diversas áreas de atención prioritaria
- Dibujar y Colorear
- Caminar al aire libre
- Caminar descalza (por razones obvias en casa o en ambientes naturales)
- Tomar agua abundante
- Bailoterapia
- Alimentación Balanceada (este es uno de los más retadores)
- Gestión y control de Finanzas y Presupuesto Personal
- Gestión y control del Tiempo
- Gestión de las emociones
- Gestión y Manejo del Ego (retador y demanda entrenamiento)
- Tiempo de calidad y cercanía con familiares y amigos
Si bien estos son algunos hábitos, seguramente podemos aprender nuevos hábitos con las sugerencias que nos dejes es tus comentarios para este post, desde tu experiencia.
Finalmente, ratificamos que cada persona trajo consigo la semilla de la vida, la felicidad y el éxito; por ello cada uno de nosotros es responsable de gestionar sus competencias, capacidades y talentos en correspondencia con la realidad de vida para el desarrollo, fortalecimiento, mantenimiento de las dinámicas sociales, económicas y medioambientales, siempre en procura del equilibrio con la vida, tal como lo señala el ‘Efecto Galatea’.
También es cierto que cada individuo en calidad de capital semilla debe estar disponible para la tierra fértil y hacerse consciente que los propósitos y los logros que aspira no llegan por casualidad, y que las condiciones medioambientales estarán influyendo su desarrollo; así trabajar de manera responsable en el manejo del ‘Efecto Pigmalión’, también conocida como la ‘profecía autocumplida’.
La buena semilla da frutos, pero no es un proceso de un día para otro; y bueno ya saben sale el sembrador a sembrar y dependiendo de donde caiga la semilla dará frutos; estemos a cargo de la gestión de nuestros talentos, conscientes de todo lo que permitimos que nos influya y a qué o a quién otorgamos permiso y poder para afectar o impactar nuestra realidad.
Que este año transitemos una excelente experiencia para potenciarnos y fortalecer nuestras oportunidades de mejora para emprender desde lo que somos, sabemos y hacemos para nuestro bien y para el bien de toda la humanidad. A seguir resguardándonos del Covid 19 y ratifiquemos nuestro deseo de que trabajaremos para que este sea un año de bienestar, felicidad, éxito y prosperidad.
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